jueves, 24 de marzo de 2011

Pan Diario: Colosenses 4: 2-6

Perseverad en la oraciòn, velando en ella con acción de gracias; orando tambien al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual tambien estoy preso; para que lo manifieste como debo hablar. Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo.Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.

A veces se nos hace difícil relacionarnos con el mundo no cristiano, con aquellos que nos rodean a diario y que no comparten nuestra fe en el Señor. Y quizás esto sea porque nos cuesta diferenciarnos de ellos, a causa, justamente de nuestra fe. Muchas veces nos identificamos como cristianos, poniendo un halo sobre nosotros y marcando una distancia que solo queda en las palabras. Quzás ocurre esto porque no estamos muy seguros de querernos diferenciar del mundo, para que el mundo nos acepte. Esto no debería ser así. Los colosenses también tenian similares problemas y el apóstol Pablo les da la clave para establecer esta relación y no confundirse con ellos: en primer lugar, la perseverancia en la oración (vs 2-4), perseverar significa sostenerse, pero no cuando se tiene todo a favor, sino sostenerse "a pesar de"; generalmete la fe se pone a prueba en las circunstancias adversas y se sostiene con oración. El apostol decía: oren a pesar de que las circunstancias parecen contrarias, oren, mantengan la comunión con Dios y no decaigan, oren por nosotros, que aunque Dios nos sostiene,  necesitamos que su propósito no sea estorbado por el enemigo. Oren, esto los diferenciará del mundo y los acercará a su vez. Oren
En segundo lugar, un estilo de vida discreto y de servicio diligente (v. 5) No debemos copiar el andar del mundo en ninguno de sus sentidos, sobre todo en los valores.En nosotros debe haber un sello distintivo y es ver las cosas a la manera de Dios. Si dejamos nuestras convicciones de lado y adoptamos el pensar del mundo, estaremos siendo de tropiezo en lugar de bendición. La gente debe desear estar a nuestro lado, porque siempre de nuestra boca salen palabras sabias y no solo palabras, porque se las lleva el viento, sino que estas palabras están acompañadas de acción. No nos olvidemos que somos carta leída, el mundo ve en nosotros si vivimos de acuerdo a lo que decimos ser.
Y en tercer y último lugar, y en concordancia con lo anterior, tener un lenguaje edificante y lleno de gracia.(v. 6) De nosotros se debería decir: "me gusta estar contigo, porque siempre recibo una palabra de aliento, o una corrección pero hecha con tanta gracia". El mundo debe y escuchar de nosotros algo diferente, algo deseable, algo que nos haga especiales. De hecho lo tenemos, nuestro Señor Jesucristo habita en nuestros corazones, es El quien nos hace especiales, ciertamente "olor grato".
De cierta predicadora se decía: "todo cambia en el ambiente cuando ella llega, pues con ella entraba la presencia del Señor, y aunque debìamos mirar hacia abajo, dado su 1,53 m, cuando abría la boca nos hacía mirar hacia arriba, haciendonos desviar la mirada de su rostro y mirar a Jesús".  Si todos los cristianos nos moviéramos de esta manera, muchos vendrían al conocimiento del Señor