viernes, 3 de diciembre de 2010

Pan Diario: 1 Corintios 10:10

Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron y perecieron por el destructor.

Hay quienes tienen derecho a quejarse y hay quienes no lo tienen. Mucho depende del motivo de tal queja y contra quíen uno se queje. Los hombres y las organizaciónes hacen tantas cosas malísimas y es por eso que siempre habrá lugar para la queja, no cabe duda que es bueno tener oportunidad y libertad de quejarse cuando algo está mal.
Pero otra cosa es quejarse contra Dios. Se le asignan tantas responsabilidades y se ven tantos defectos en lo que hace que las quejas se multiplican y aumentan en tamaño y cantidad. Uno ve las tragedias del hombre triste, el dolor de la humanidad, lo torcido del mundo, inminentes peligros y torturantes realidades y, casi sin quererlo, se levanta en voz de murmuración contra Dios porque, bueno, Dios no debería permitir tales cosas. Esto de murmurar o qujare no es cosa totalmente nueva en el escenario humano. Es una de las desgracias mas antiguas de la vida y una de las mas trágicas también. Parece que lo mas fácil es murmurar, quejarse, levantar la voz, echarle la culpa...a Dios.
Tal vez  costumbre de quejarse contra Dios, pero, ¿ha contemplado las escenas diarias en todos sus detalles?¿quiénes son los responsables de tales tragedias? ¿son acaso creación de la mano divina? ¿No es un hecho incontrovertible que son las insensateces humanas las que producen las tragedias? Sinceramente no hay qué quejarse.
O esta Ud en medio de circunstancias difíciles. No se cumplen sus deseos, no se contestan sus oraciónes. Dios parece haberse ido de vacaciones, no oye ni quiere prestar atención. Usted se estremece en su agonía, le ha pedido a Dios mas de cien veces que cumpla sus deseos... pero Dios ni se mueve... y ud comienza a murmurar contra Dios, a quejarse.¡Basta  fijarse en la situación en que lo ha puesto! Dios le ha guardado y protegido, le ha bendicido, le ha guiado, le ha prometido el futuro mas maravilloso que pueda imaginarse y Dios le está llevando, lenta  pero ciertamente, a esa meta gloriosa ¿y Ud se queja de El? Acuérdese dos cosas imaportantes: la primera. es que los planes que Dios tiene para Ud. son absolutamente los mejores. Deje que Dios gobierne su vida, permita que sea Jesucristo su Salvador y sostén y estará en buenas manos. La segunda, aún el paciente Dios, el amante Padre Celestial, a veces desciende con su mano de castigo. Lo hizo muchas veces y lo hace hoy todavía. Algunos de su pueblo "murmuraron y perecieron por el destructor". No eche a perder su vida maravillosa con murmuraciones constantes y quejas, porque no hay de qué quejarse
(Adaptado)
Bendiciones