domingo, 29 de agosto de 2010

Pan Diario: Hebreos 10:39-11:1




Pero nosotros no somos de los que retrocedemos para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma. Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.


La vida del cristiano es una vida de fe. Creemos en Dios, en la vida y muerte de nuestro Señor Jesucristo, en la Biblia como inspirada por Dios. Ahora, ¿es esta fe la que el Señor nos pide? Dice su palabra que los demonios también creen y tiemblan (Sgo 2:19)Por supuesto que es mas fácil decir que creemos en Dios, a decir que le creemos y esta es la clave de la vida de fe del creyente: Caminar apoyados en su palabra, sostenidos sólamente de ella por la fe. Los grandes héroes de la fe, tal como se titula a la galería de personajes de Hebreos 11, caminaron confiados en una palabra que Dios les había dado: "Por la fe Abraham, siendo llamado...; por la fe Noé, siendo advertido...; por la fe cayeron los muros de Jericó... " y así podríamos seguir, cada uno de ellos, que tuvo una palabra de Dios en su vida, creyó que el Dios que había prometido, era fiel para cumplir.

Hay muchos que dicen o que le dan a la fe un sentido mágico, que tenga que ver con mentalizar cosas y "creer" que se materializarán, créeme, ese es un juego peligroso, porque esas prácticas son provenientes de las religiones orientales; el creyente no depende de su mente, el creyente depende de Dios. Y depender de Dios con todas nuestras fuerzas es un desafío diario, una experiencia enriquecedora. Vivir por fe, caminar por esa palabra que Dios nos dio, y no retroceder, es aquello en lo cual el Señor se agrada, porque habla de nuestra dependencia hacia El.

Aprendamos a vivir por fe cada día, y el Señor colocará bendición en nuestras manos, porque hacemos lo que le agrada.

Bendiciones