miércoles, 4 de agosto de 2010

Pan Diario: 2 Timoteo 2:1


Tu, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.

Cuando leemos bien este pasaje, podríamos creer que hay una contradicción entre las dos palabras centrales: esfuerzo y gracia. Quizás estas palabras, como he dicho, suenen hasta antagónicas, dado que la gracia es un favor inmerecido de Dios hacia el hombre y el esfuerzo denota un trabajo de parte nuestra. Lo que el apóstol quiere decir es que nos esforcemos por merecer la gracia de Dios ¿De qué manera? Dependiéndo totalmente de la dirección del Espíritu Santo en nuestras vidas, he ahí el verdadero esfuerzo, el verdadero trabajo. Cuando el bebé va creciendo, camina tomado de la mano de su padre hasta que se independiza, cuando lo puede hacer por sí mismo. En el evangelio es absolutamente opuesto, cuando mas crecemos espiritualmente es cuando dependemos del Espiritu Santo; debemos esforzarnos en mantener nuestros aires de autosuficiencia sometidos al dominio del Señor, lo cual representa una batalla constante con nuestra carne. Por eso el pedido de Pablo a su hijo Timoteo, verdadero hijo en la fe, para que cada día librara la buena batalla, a fin de que el Señor sea glorificado en todo.


¿Nos parece muy difícil? Es una cuestión de fe. ¿Te atreverías a dejar que el Señor Jesús intervenga en todas las areas de tu vida o te reservas alguna? Esfuérzate en la gracia, depende del Señor Jesús cada día mas, para crecer en tu vida espiritual.


Bendiciones