jueves, 24 de junio de 2010

MATEO 24:12-13


Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.
Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.


¡Cuánto se ha multiplicado la maldad,

cuánto se ha multiplicado!

Los ojos se han vuelto altivos, las miradas frías,

y el amor se nos ha escapado.

Ya no hay manos extendidas, no las hay,

cada uno por lo suyo mira;

Corazones heridos, que congoja llevan

y los rostros abatidos se muestran.

La palabra es dura, la respuesta es fiera,

y cual armas están siempre dispuestas;

encienden fuegos, provocan guerras,

ya no hay gozo,no, solo peleas.

Nadie tiene cordura, nadie su boca cierra,

ya no se pasa por alto la ofensa.

La Maldad ha salido a buscar quien la siga

y de sus aguas profundas beba,

se agazapa, expenctante, mira y elege,

y caza el alma del incauto,

y lo arrastra hasta las mismas tinieblas.

¡Cuánto le cuesta al hombre volver de allí,

cuánto le cuesta!

No hay quien busque a Dios, no lo hay,

sus ojos recorren toda la tierra.

Busca un corazón que persevere, que ame

y no lo encuentra.

¡Qué no se enfríe el amor, que no se escape!

y se aparte cual ave en busca de otras tierras

Que puedas hallar en mi un corazón, oh Dios

dispuesto y amante, hasta que vuelvas!

RONI