lunes, 3 de mayo de 2010


¿ A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?

Si subiere a los cielos, allí estás tú;

Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tu estás.

Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar

aún allí me guiará tu mano,

y me asirá tu diestra.
Salmo 139:7-10


¡Cuántas veces nos sentimos solos! Cuántas veces, aunque las personas nos rodean siempre, parece que somos sólo nosotros en el universo y que a nadie le importa lo que nos pasa, lo que sentimos, queremos, de lo que escapamos, si sufrimos alguna pena de soledad...Dios siempre está alli, aunque no lo veamos; El está, aunque no lo sintamos; El está, aunque no creamos; El está.

Y aunque querramos, como el salmista, huir con las alas del alba, nunca podremos escapar de su presencia, porque El está, está mas cerca de lo que pudieramos llegar a pensar, El está aquí... para escuchar, para atender, para entender, para extender su mano y asir la nuestra, para rescatarnos, para salvar...

Sí, El está para salvar, El quiere que no nos sintamos solos en este mundo, sino que tengamos su presencia en nosotros, El quiere ser nuestro Dios